9 dic 2011

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Uruguayos hallan célula clave en patología neurodegenerativaPDFImprimirCorreo electrónico

Investigación. Provocaría el avance de la Esclerosis Lateral Amiotrófica

Pablo Díaz Amarilla estaba tratando de desarrollar astrocitos, un tipo de células

nerviosas,a partir de un rata con esclerosis lateral amiotrófica. Descubrió más

que lo que buscaba.

Pudo aislar un nuevo tipo de célula que acelera la enfermedad.

La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) se ha hecho conocida masivamente por

ser la enfermedad que padece el físico inglés Stephen Hawking.


Enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular, la ELA o enfermedad de

Lou Gehrig causa la muerte progresiva de las neuronas motoras, lo que

provoca debilidad grave, parálisis y, finalmente la muerte del paciente.


Desde hace unos años Pablo Díaz Amarilla, licenciado en Bioquímica por

la Facultad de Ciencias e investigador en ciencias médicas y de la salud, junto

a Luis Barbeito, director del Instituto Pasteur y técnicos del Instituto de

Investigaciones Biológicas Clemente Estable vienen estudiando

mecanismos celulares asociados con enfermedades neurodegenerativas como

la ELA.

En este marco en febrero de 2009 Díaz Amarilla, bajo la dirección de Barbeito,

trabajaba en el Clemente Estable con ratas genéticamente modificadas.

En concreto, estudiaba la función de los astrocitos, células del cerebro que,

por lo general, ayudan a proporcionar soporte metabólico y protección a las neuronas.


Sin embargo, a veces pueden volverse tóxicas y causar la muerte de las células

neuronales. Esta función era la que estudiaba el científico cuando descubrió un

tipo de astrocito 10 veces más tóxico que cualquier clase antes conocida.

El hallazgo demandó nuevas pruebas y estudios de comprobación hasta que este año,

con el apoyo del Instituto Linus Pauling de la Universidad Estatal de Oregón, Estados

Unidos, fue comprobado.


La investigación fue difundida la semana pasada en la revista especializada

Pro- ceedings of the National Academy of Science.


Los uruguayos llamaron a las nuevas células, "astrocitos aberrantes" o

células AbA (por sus siglas en inglés).


Por primera vez "la progresión de una enfermedad neurodegenerativa es

asociada a un tipo de células nunca antes descrita", expresó Barbeito

en diálogo con El País.


De hecho "es posible que estas células expliquen por qué la ELA es progresiva",

agregó desde Oregón, Joe Beck-man, investigador principal del instituto Pauling.


La enfermedad, explicó Beckman, comienza en un brazo o una pierna y se expande

hasta afectar el cuerpo entero. Las células AbA parecen estar detrás de esta

característica tan agresiva de la patología. Según descubrieron los científicos,

este tipo de células logran dividirse inusualmente rápido y no responden a los

mecanismos biológicos que ayudan a controlar la división celular.


En los modelos animales las células AbA fueron encontradas junto a

neuronas motoras muertas de la médula espinal. Otras investigaciones desarrolladas

en esta línea demostraron recientemente que el trasplante de células de astrocitos

en la médula espinal de un animal sano puede causarle la enfermedad.


CON PRUDENCIA. El hallazgo de los uruguayos abre un campo de estudio nuevo dentro

de la enfermedad. Campo de estudio que Barbeito considera debe ser seguido con

prudencia. Es una enfermedad muy cruel, muy dura para los familiares y los pacientes,

comentó el científico.

Estos descubrimientos, agregó, deben ser considerados con cautela porque su

aplicación en herramientas de diagnóstico y tratamiento específicas puede demandar

años, cuando no décadas.


Dentro de estos parámetros, especialistas de Uruguay, Estados Unidos e Inglaterra -Díaz

Amarilla se trasladó a Reino Unido para estudiar las células AbA en seres humanos-

tratan de entender mejor la función de estas pequeñas unidades en la progresión

de la enfermedad.


Las acciones están puestas en dos líneas: generar tratamientos que las combatan

de modo selectivo y diseñar formas de diagnóstico que las identifiquen en los pacientes

con la enfermedad.


Beckman es optimista. "Yo creo que es la clave para desarrollar tratamientos

efectivos para esta enfermedad", expresó. Aún no existe cura contra la ELA.


"Con estas células creciendo en cultivo la comunidad científica entera puede

centrar su atención en entender cómo atacarlas, lo que podría llevar al desarrollo de

terapias médicas diferentes a las que cualquiera ha-ya probado", agregó el científico

estadounidense.



Barbeito, por su parte, explicó que podría tratarse de fármacos similares a los que se

utilizan para tratamientos con quimioterapia.


"Debemos ser creativos pa-ra encontrar herramientas terapéuticas", dijo el científico.

"Incluso estamos probando (a nivel de laboratorio) nuevos fármacos en colaboración

con investigadores de la Universidad de la República", adelantó.


En concreto, explicó el director del Instituto Pasteur, trabajan con bancos de fármacos

que están siendo sintetizados con otros objetivos para ver si alguno resulta efectivo contra

las nuevas células.


Cuando se descubre una célula nueva, dijo Barbeito, se recurre a bancos de moléculas,

las que potencialmente se convertirán en fármacos, para probar su efectividad.


En materia de diagnóstico, los especialistas apuntan a diseñar investigaciones con

el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim).


Las células AbA "secretan proteínas muy específicas que pueden ser detectadas

por anticuerpos" y ser identificadas con equipos de alta precisión, explicó Barbeito.


Para Beckman algo que no es menor en relación a las células descubiertas es que

permitirán conocer qué es lo que las hace tan agresivas. "Nos permitirán explorar

los procesos subyacentes que hacen que estas células crezcan durante la enfermedad

y por qué son tan tóxicas pa-ra las neuronas", indicó.


Consultado sobre los próximos pasos a seguir dentro de sus investigaciones

Barbeito explicó que se encuentran desarrollando convenios con instituciones

internacionales.


"Estamos en la etapa de establecer alianzas", dijo el especialista. Esta semana

presentó el hallazgo junto a sus colegas en Río de Janeiro, en el primer congreso

del Instituto Virtual de Glia, institución reconocida en la región. Próximamente lo

difundirán en Barcelona y París donde aspiran a acceder a muestras celulares de

seres humanos.

fuente: el pais digital

Centros MEC Rio Branco - Cerro Largo