Como les conté en el post anterior quiero dedicarme a contarles algunas cosas positivas que rescaté, aunque no las hay muchas las hay, de la dura experiencia vivida junto a papá.
La primera era..ir paso a paso, one step at a time, a la que me dediqué en el post anterior.
Ahora, en este post, me encantaría contarles otra....que tiene que ver con el no perder jamás la capacidad de SOÑAR...
Otra de las lecciones que papá nos dejó.
Mi viejo siempre fue un tipo muy inquieto, muy deportista, muy pintón, muy elegante, muy soñador.
Le encantaba agarrar su bicicleta, de carrera primero, y de paseo más tarde, cuando la enfermedad ya no le permitía una perfecta maniobravilidad, y perderse por Buenos Aires con ella.
Siempre tenía cuentos divertidos para contar a su vuelta...
Cuando la enfermedad lo postró , lo primero que me pedía cuando llegaba a verlo, era que le contara que había hecho durante el día y me escuchaba como un nene que escucha un cuento antes de irse a dormir...
Se lo veía soñar, imaginarse cada una de mis palabras, y mientras le contaba, el viajaba a cada lugar...
Cuando alguna de nosotras volvía de un viaje, estaba claro, que nos esperaba el largo relato sentadas a los pies de la cama de papá ... para el viejo era todo un programa escucharnos ...hoy creo, que tanto, como ir a un cine a ver una película...
Era definitivamente un monólogo. Es que no podía hablar, ni moverse.
Solo podía mirarnos, y lo hacía bien fijo...como queriéndose meter en nuestra experiencia y así vivirla el también....
En esos días aprendí también la diferencia entre el "VER" y "MIRAR"...
La mirada de él llegó a decir mucho. Cuando el relato por alguna razón era aburrido la mirada se opacaba, cuando el relato era fabuloso, su mirada brillaba.
Aprendí a decifrar su sonrisa a través de su mirada....no podía mentirnos...
Así fué que nuestros cuentos, se fueron volviendo cada vez más fantásticos...que más ? a él eso lo ponía feliz...
Su contacto con el mundo era a través de ese soñar.
Viajaba a la playa a través de nuestros relatos de verano.
Viajaba a Nueva York, a través de las postales enviadas por mi hermana...
Disfrutaba de las travesuras de su único nieto a través de los cuentos...
La capacidad de imaginar y soñar despierto fue lo que lo mantuvo vivo y conectado con el mundo.
Nunca pierdas esa capacidad de SOÑAR ... él no podía caminar, ni comer, ni hablar.
No podía decidir donde ir...pero si algo podía hacer era SOÑAR, IMAGINAR, PENSAR...esa capacidad no pudieron sacársela..ni el ultimo día de su vida...y yo lo sé muy bien...
A SOÑAR...entonces...